Todos tenemos una heladera en casa. Muy práctica y necesaria en la vida diaria, es nuestra aliada para conservar bien y por más tiempo los alimentos. Sin embargo, no todos saben el mejor modo de uso de este electrodoméstico. Y es que aplicando ciertos tips funcionales se puede optimizar mucho su rendimiento, versatilidad y hasta vida útil. A continuación, un listado para tomar nota.
Apenas la comprás y llega a tu casa, es preciso esperar unas dos horas antes de enchufarla. Lo mismo vale para cuando te mudás y estuvo en movimiento.
Y un dato obvio pero que muchos pasan por alto: la mejor forma de aprovechar al máximo los recursos de tu heladera es leyendo con detenimiento el manual de uso, que expresa todas las funcionalidades de tu modelo específico. Tal vez podés tomar este tiempo antes de enchufarla para hacerlo.
Si podés evitarlo, no la sobrecargues de alimentos. Una heladera muy llena es menos eficiente y no enfriará de modo óptimo. Del mismo modo, tampoco conviene poner los alimentos muy cerca uno de otro ni muy cerca de los orificios de ventilación. Esto obstruirá la circulación de aire. A a la vez, una heladera muy vacía deja escapar más fácilmente el frío, por lo que debería tener una carga equilibrada.
Para evitar que la comida se reseque, lo mejor es guardarla en compartimentos herméticos o en bowls tapados con papel film.
Antes de guardar alguna preparación en la heladera, deberías esperar a que se enfríe. Colocar comida muy caliente hace trabajar el doble a tu equipo, gastando mucha más energía.
Cada dos semanas, tratá de hacer una limpieza completa del aparato. No implica descongelarlo, pero sí ir sacando los cajones y estantes para lavarlos bien y poder llegar a los recovecos que se ubican por detrás de estos accesorios. También revisar los burletes y repasar el exterior. Todo esto mantendrá el equipo en perfecto estado y extenderá su vida útil.
La temperatura ideal para la heladera son 4ºC, en tanto la del freezer es -18ºC. Estos números pueden subirse o bajarse de acuerdo a necesidades puntuales (por ejemplo, una fiesta), pero lo ideal es que en días normales se mantengan en estos valores para asegurar su buen funcionamiento, pues son aquellos para los que ha sido diseñado el equipo. Algunos modelos más modernos, como el Di80x de Electrolux, poseen sensores inteligentes de temperatura que chequean su óptimo funcionamiento y hasta cajones con extra frío, para poder ubicar allí lo que requiere menos grados, y no tener que cambiar el modo de toda la heladera.
No te quedes con la puerta abierta decidiendo qué vas a sacar; pensalo antes de abrirla. Este hábito hace perder mucha energía y frío.
Para que el condensador funcione bien, la heladera no debe estar pegada por completo a la pared, sino tener distancia para poder “respirar”. Lo ideal son 15 cms.
Es importante nivelar la heladera. Si no lo está, la puerta puede no cerrar bien y generar condensación en su interior. Se recomienda que el equipo quede levemente inclinado hacia atrás.
Si se corta la luz por unas dos o tres horas, tus alimentos no deberían tener problema en conservarse correctamente. Sin embargo, es importante tratar de abrir la puerta lo menos posible, para mantener la temperatura. Si el corte es mayor a 24 horas, tirá toda la comida que hayas guardado en el freezer, porque habrá perdido la cadena de frío.
Si te vas a ir de vacaciones, no siempre es necesario que desconectes tu heladera. Si el viaje es por menos de tres semanas, puede permanecer enchufada sin problema. Eso sí, si queda vacía, procurá ponerle dentro aunque sea una jarra con agua. Esto hará que no gaste tanta energía para permanecer fría. Si el viaje es más largo, desconectala, sacá todos los alimentos y limpiala antes de irte.